martes, 26 de mayo de 2015

Las 17 'reglas' de oro para educar a l@s hij@s en la adversidad.

  • Hay que permitir que el niño se enfrente a sus dificultades desde pequeño.

La sobreprotección de los hijos en la que muchas veces caen los padres actuales y sus efectos sobre el desarrollo de los niños es una de las situaciones más comentadas en materia familiar y educativa en nuestros días.

 

Tres tipos de padres


Existen tres tipos de modelo educativo en los padres. El autoritario, que se caracteriza por una disciplina coercitiva, represiva, con una alta exigencia y escasa comunicación y expresión de afecto. El estilo permisivo, con poca consistencia en las pautas y normas, aunque con alta comunicación y expresión de afecto. Y el equilibrado, que tiene normas claras establecidas según la edad de los niños, con alta comunicación y expresión de afecto y una postura de firmeza en los padres.

Estos estilos educativos inciden en el desarrollo de las competencias emocionales de los niños. Según un estudio de la Universidad de Valencia, los niños que percibían a sus padres con un estilo educativo equilibrado fueron los que desarrollaron un nivel más alto en su inteligencia emocional, mientras que el grupo de menor competencia emocional percibe a sus padres con el estilo permisivo. Y una conclusión: para el desarrollo de las competencias emocionales es importante que haya un clima de relaciones familiares de calidad.

Se recomienda a los padres aprovechar con su hijos el tiempo libre del que dispongan especialmente los fines de semana y no centrarse en aquello que no pueden hacer con ellos sino en lo que sí pueden hacer.

También advertimos de los efectos perniciosos de satisfacer sus necesidades en exceso: no dejar que se frustren, que sufran, que se queden sin algo que les guste o que luchen por sus objetivos será más perjudicial que beneficioso.

Recomendaciones para evitar la sobreprotección

1. Permitamos que el niño se enfrente a sus dificultades desde pequeño.

2. Debemos fomentar que aprenda a pensar por sí mismo.

3. Que haga actividades con otros niños en los que los adultos no estén siempre encima.

4. Es importante no darles todo lo que pidan. Estamos pagando, piensa Álava, vivir en una sociedad donde todo se les regala, lo que impide que den valor a las cosas primero y después a las personas.

5. Los niños tienen que tener con sus padres un vínculo que les aporte seguridad y estabilidad. Pero un vínculo sano, no de absoluta dependencia.

Recomendaciones para favorecer la autonomía

6. Los niños tienen que aprender a valerse por sí mismos, les gusta saber hacer las cosas ellos solos.
Los niños poco autónomos son más inseguros y más infelices, y dependen en todo momento de sus padres, tanto en el plano emocional como para satisfacer sus propias necesidades. Son vulnerables, influenciables y dependientes de su entorno.

7. Es importante que los padres les muestren el valor del esfuerzo, de la constancia y del tesón.
Hay que trasmitirles nuestra confianza, mostrándonos seguros ante sus posibilidades. Que note que sus padres creen en él, para que él crea que lo puede conseguir.

8. Establecer pequeños retos y objetivos que saben que sí pueden conseguir para que cada vez sean más autónomos.
El adulto supervisará  la acción del niño y le corregirá, propiciando que utilice el razonamiento. Se trata de educar niños responsables, autodisciplinados, que mantengan la constancia y luchen por conseguir sus objetivos.

9. Deben aprender a jugar solos, aunque en un primer momento los padres pueden dejarle el juego dirigido.

10. Las cosas de los niños, siempre que sean de la misma edad, las tienen que resolver entre ellos, sin que los adultos se metan en medio.
Hay que ayudar a los niños a superar las situaciones, no solventárselas. Resolverles el conflicto es caer en la sobreprotección. Se impide que sean ellos los que desarrollen las habilidades necesarias para solventar sus dificultades y corremos el riego de que se conviertan en dependientes, incapaces de solucionar sus propios problemas en el futuro. Necesitan aprender y entrenar para lidiar con el resto de las situaciones conflictivas que se darán en las relaciones sociales a lo largo de toda la vida.


11. Los niños están preparados para hacer las cosas solos desde bien pequeños.
No le des de comer; que coma solo aunque se le caiga.
No le vistas, aunque tarde más, que lo haga solo.
No lleves la sillita de paseo si ya tiene edad para no ir en ella.
Quítale al pañal cuando corresponde aunque en ocasiones se le escape.
El chupete es algo de bebés, un niño de tres años no debe usarlo.
Que desayune en taza, no en biberón.

Qué pueden hacer los padres


12. Hay que enseñarles a frustrarse, no facilitarles el acceso a todos los privilegios. Si aprenden que hay que ganarse las cosas se fomenta la cultura del esfuerzo.

13. Implicar a los hijos en la dinámica de casa.

14. Aunar criterios entre los padres, y adaptar también los patrones educativos también entre éstos y los profesores.

15. Darle importancia a la comunicación. No sólo se trata de hablarles, sino sobre todo de escucharles.

16. Dejar de sentirse culpables. Los niños aprenden por imitación, por lo que deben ver a los padres seguros y positivos.

17. Aprender a poner normas eficaces: en función de la edad de los hijos.


fuente: www.teinteresa.es/familias

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